viernes, 21 de noviembre de 2008

Proyectos de ahorro antes de que se ponga el sol.


“Si no sabemos en todo momento a dónde vamos, puede resultar útil saber de dónde venimos. Para manejar mi propia vida también necesito entender mis raíces en la historia. La misión de la filosofía es estimular el análisis crítico para poder ayudar en el avance de la comprensión de aquello que tiene valor y por lo cual merece la pena luchar.” Jostein Gaarder

Lo que soy ahora, es fruto en parte de los que fui en su momento y en parte de lo que tengo pensado hacer en el futuro. Es lo que tiene ser un ser humano. Si fuera un oso el pasado, presente y futuro me la traería floja, lo que realmente me importaría es encontrar una cueva confortable para pasar el invierno. Así que, soy como un proyecto de futuro para el que no hay financiación, aunque tenga todo el apoyo humano que necesita. Se de donde vengo e intento recordármelo constantemente. Vengo de una tierra “yerma” que siempre, no se sabe cómo, ha dado frutos y buenos. De pequeño me movía la ilusión de tener todo el tiempo del mundo; de mayor, cargado de miserias, miedos y trastos nuevos, lo que pude haber hecho y no hice. Aunque mi pasado y el nicho ecológico en el que nací y me desarrollé primeramente, no ha condicionado al cien por cien lo que soy ahora, pienso que siempre es bueno no olvidar esa tierra pobre de mis primeras experiencias como humano.

Últimamente, me muevo mucho en el mundo del presente. En mi agenda no hay compromisos a semanas, meses o años vista. No se me ocurriría comprarme un billete de avión –por muy barato que saliese- para el verano que viene. Puedo quedar esta tarde y comprometerme ha estar allí a la hora acordada. Ahorro para esta tarde. No se me ocurriría, por nada del mundo, hacerme un plan de pensiones. Simplemente vivo al día, como se suele decir, y no porque piense que me voy a morir mañana. Siempre intento dejar algo para ese mañana. Si tengo 20 euros (presupuesto de la última semana del mes en curso) y estoy en la Plaza del Salvador con mis amigas y amigos, y la fiesta sigue, yo no me voy a retirar porque ¿y si mañana me muero? ¡No he disfrutado de ese momento! ¡Por no gastarme el dinero que me queda! Así que…. A vivir que son dos días. Pero siempre uno piensa... ¿Y si… no me muero mañana? ¿Qué hago sin dinero?

Todos estamos hechos de la misma materia primaria. Todos venimos del mismo sitio, una confortable placenta. Y todos pasamos por lo mismo: acariciar dulcemente con las orejas los labios vaginales de nuestras madres. Pero esos momentos tan maravillosos unos los vivimos disfrutando el momento y otros seguramente haciendo proyectos de futuro.

Si necesitamos pensar en el futuro, por si acaso, tenemos tres opciones: proyectos a largo plazo, a medio plazo o a corto plazo. Son buenos estos proyectos porque les dan sentido a la vida, aportan algo por lo que luchar como dice Gaarder. Los proyectos a largo plazo nos hacen trabajar día a día con la esperanza de que algún día…; los de medio plazo son como los anteriores pero sin arrugas; los a corto plazo nos llenan en el momento (un día, una semana, un mes vista). Creo que seguimos siendo seres cazadores-recolectores y en ese sentido la búsqueda de la presa, el traer a casa algo después de una jornada de trabajo es un premio que nos reporta una “felicidad de objetivo a corto plazo”, primitiva y básica. Cualquier “cosa” vale, material o no.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Youniverse, La Bienal Global.


Esta tarde, fui a ver la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla. Según se lee en el suplemento del ABC del jueves, 2 de octubre:

"La Bienal Global. La relación entre el ser humano, el arte contemporáneo y las nuevas tecnologías es el hilo conductor de la III edición de la Bienal de Sevilla, en la que se pretende que el público sea el protagonista y no los artistas."

Las dos primeras ideas son buenas intenciones y no resultan nada novedosas. Me explico. Por un lado, me parece buena la de que las nuevas tecnologías sean elementos para el arte. Y esto ya lo ha hecho la humanidad, con las "viejas", desde el paleolítico superior. Por otro lado, también es acertado relacionar las cosas: ser humano, arte y nuevas tecnologías. ¿Es que antes no se hacía?
La tercera, es que el artista que ha tenido la pretención inicial de crear algo, no se queda solo y su obra inacabada es continuada por espontáneos visitantes. Luego por Internet, o por otros medios realiza el seguimiento de lo que empezó. Se trata de una obra viva, participativa, cooperativa.

Tras visitar la muestra, he quedado realmente sorprendido del dominio de las técnicas y herramientas por parte de los artistas. No es fácil ser artista y entendido en electrónica. Claro que el artista o los artistas, tendrán sus colaboradores correspondientes que les faciliten el trabajo. No es para menos que en una obra interdisciplinar y global, como las que se exponen en la bienal, se necesiten un grupo competente de creadores.

Mi concepto de Arte es el siguiente: Poesía (en el más amplio y místico sentido del concepto) .Yo te puedo decir: la bienal me ha gustado mucho. Pero también podría decirte: la bienal, bien merece gustar, mas sobre gustos no hay nada escrito, lo que aquí pongo después lo quito. Coger una piedrecilla y transformarla hábilmente en algo. Sacar de nuestra más profunda intimidad las virtudes y defectos, nuestras cualidades y miserias. Después, con creatividad y emoción, relacionarlas en un todo hermoso y bello. En definitiva, abrirse el abdomen y sacar las tripas fuera. Eso es arte, poética.

En las obras de la bienal se respira un ambiente caótico, siniestro, experimental (los visitantes del museo como conejillos de indias). Uno parece estar en un acelerador de partículas subatómicas. Pocas cosas tienen Poesía. De estas pocas ya sacaré algún escrito más detallado. Pues si, dentro de mi simple (que no básica) concepción de arte, creo que el lado oscuro del mundo de la creatividad humana está expuesto en el siglo XXI en un Monasterio del siglo XV y organizado como en el siglo XIX. Para bien o para mal: Youniverse.

sábado, 27 de septiembre de 2008

La música del universo.


La Física es como un amante, fácil de entender pero complicado de explicar. Un ejemplo: siempre decimos a los amantes eso de “si yo te entiendo, es fácil” y nos responde “¿entonces? Explícame que pasa” pero después lo de “es que lo tuyo es muy complicado de explicar”. Pues con la Física lo mismo.

En estos días pasados se podía leer en los periódicos noticias y explicaciones sobre “lo del acelerador de partículas ese”. Con dibujitos, en un lenguaje sencillo, con ejemplos de la vida cotidiana, con estrategias para conseguir que los lectores acostumbrados a cosas como la guerra de Irak o la crisis económica mundial, entendieran lo que estaban, y están, haciendo los científicos en los Alpes.

De todo lo que me he informado, lo único que he sacado en claro de estos conceptos tan abstractos es lo siguiente:

Primero, que estamos hechos de cositas muy pequeñas que se llaman “bucles de cuerdas” (Teoría de las Supercuerdas).

Segundo, que estas cuerdecillas vibran, oscilan y “bailan como un elástico de goma”.

Tercero, que con las cuerdas y su baile de salón el universo material es como es y no de otra forma.

Resumiendo: “La materia está compuesta por átomos, que se su vez están hechos de quarks y electrones. Según la teoría de cuerdas, todas estas partículas son en realidad diminutos bucles de cuerdas vibrantes.

El L.H.C. ha sido construido para llegar a ver lo que ocurre, ocurrió y ocurrirá en el universo, en un viaje al microcosmos de la materia que lo forma. Los científicos que allí trabajan estarán súper emocionados al ver como años de trabajo por fin dan su fruto. Cuando uno trabaja en algo y sabe que la recompensa llegara muy a largo plazo, siempre tiene la esperanza de que la suerte acelere los acontecimientos exponencialmente y el día de gloria llegue lo antes posible. Todos tenemos objetivos a largo plazo y queremos disfrutar de la felicidad del momento en el que se consiguen. En ese laboratorio, al pie de las montañas, muchas personas habrán llegado al microcosmos personal que todos llevamos dentro. Habrán descubierto con el trabajo que generan este tipo de experimentos, el límite de sus posibilidades, sus capacidades cognitivas, su resistencia mental y física, etc. Y como no las relaciones entre las personas, como un gran hermano “científico”.

Así pues, estamos ante la explicación científica de la materia. Y yo me pregunto: ¿Cómo se explica lo que no es materia? Y no me refiero con esto a la “antimateria”, al vacío. Quizás la respuesta nos venga al escuchar la majestuosa melodía, la maravillosa sinfonía que hace baliar a las cuerdecillas de la materia del universo. Sería como escucharnos a nosotros mismos en el silencio exterior. Apago la radio…