martes, 23 de febrero de 2016

¡Buenos días!

La mañana es un momento de gloria que solo los más espabilados pueden disfrutar. En pocos minutos la luz te acaricia y la oscuridad huye despavorida. Es un encuentro fortuito, confuso e incomodo para los dos. Todo comienza a ser muy rápido, como si el espacio-tiempo se hubieran empeñado en desmontar la ciencia entera. El café ya huele, aroma a moca, y en la taza se mezcla con la leche. Me siento junto a la ventana y dejo que los rayos de sol calienten mi cuerpo, doy sorbos al café… pienso. Fin

No hay comentarios: