miércoles, 4 de enero de 2012

2012

Buenas tardes y feliz año. Llevo toda la tarde intentando que en el 1004 me atiendan para dar de baja a la linea de Internet que tengo con Movistar sin conseguirlo. He mirado los últimos movimientos de mi cuenta bancaria y me han subido la hipoteca unos treinta euros, sin tenerlos. En el seguro de la casa he tenido que pagar 20 euros más, sin un duro. Del de vida 10 más, sin un duro y sin futuro. La universidad de Sevilla me reclama que devuelva la beca que me concedió para estudiar antropología, hace dos años, por no presentarme al 1/3 de los examenes, 1200 euros, una catástrofe. He cobrado menos este mes porque estuve de baja los dos meses anteriores. Esto es la bomba, no tengo dinero ni para pagar y para colmo yo me meto en otras historias que no quiero ni contar.

El dinero es el dinero, lo que se da se quita. La culpa es de uno, claro, sabiendo lo que pasa... Pues así comienzo el año con problemas económicos. Para afrontar el problema he decidido alquilar una habitación de mi piso, aunque con esto no tenga ni para empezar y encima pierdo una parcela de mi intimidad que tanto me ha costado mantener contra viento y marea desde hace años. Si, hace años, concretamente en el año 2000 cuando me vine a vivir a Sevilla. Atrás dejé Mallorca, Pòllença, donde ganaba dinerito hasta para ahorrar ¡Qué barbaridad, a-h-o-rr-a-r! "Abrasevisto", ahorrar... parece mentira. Pues desde entonces las cosas del dinero me han ido fatal; claro que del resto no me puedo quejar. Cuántas aventuras por estas calles de Sevilla, cuantas: amoríos perdidos, desfases, amigos ganados, buenos momentos, risas... todo una maravilla como Sevilla. Pues así comienzo el año.

Sobrevivir es un derecho natural que el universo nos ha concedido por la gracia del caos. Parece mentira que vivimos en un caos ordenado que siempre está buscando un equilibrio de fuerzas: equiblio-desequilibrio-reequilibrio (Piaget). Nuestra sociedad quiere cambiar constantemente el orden de las cosas y empeñarse en que todo es orden y sólo en el orden se puede prosperar. El caos está mal visto. El desorden es peligroso. Algunas veces pienso que para salir adelante en esta sociedad y esquivar los "trapajasos" que pego en ella es mejor dejarse llevar por ese derecho natural que todos tenemos al caos y perdernos en él y esperar que las fuerzas contrarias que equilibren. Pues nada, en esas andamos ¡Viva el desorden, el caos!

Nota: donde digo "caos" no dije "anarquismo", que conste.

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