Sigmund Freud fue el creador del psicoanálisis. Según esta teoría el desarrollo en los primeros seis años se produce en tres etapas, cada una de las cuales se caracteriza por que el interés y el placer sexuales está centrado en una determinada parte del cuerpo. En el lactante, esa parte del cuerpo es la boca (etapa oral), en la primera infancia es el ano (etapa anal), en los años preescolares es el pene (etapa fálica).
Para Freud cada na de estas etapas se relacionaba con las principales necesidades y dificultades del desarrollo típicas de cada edad. Durante la etapa oral, por ejemplo, a través de la succión el bebé obtiene no solo el alimento sino también las experiencias de placer y así se vincula emocionalmente a su madre, que le brinda gratificación oral. En la etapa anal, los placeres relacionados con el control y el autocontrol en principio vinculados con la defecación y el control de esfínteres, son fundamentales.
Una de las ideas más influyentes de Freud es que cada etapa también tiene sus conflictos potenciales entre el niño y el padre o la madre, como, por ejemplo, cuando un adulto intenta que el bebé deje su amado biberón. Según Freud, la manera en que el niño experimenta y resuelve estos conflictos, en especial los que se relacionan con el destete, el control de esfínteres y la curiosidad sexual infantil, determina la personalidad básica y los esquemas de conducta que tendrá a lo largo de toda su vida. Un adulto puede no saber esto, pero el hecho de que fume (oral), o le atraiga mucho el dinero (anal) o se sienta muy interesado por alguien mucho mayor que él (fálico) implica un problema inconsciente que arranca de la infancia.
Otro aspecto del desarrollo de la teoría de Freud es la personalidad, que tienen tres sistemas distintos: el ello, el yo y el superyó. El ello representa la energía psíquica inconsciente para la satisfacción de nuestras necesidades básicas como la supervivencia, la agresión y la reproducción. El superyó es como una conciencia moral implacable, sobre todo de los impulsos que los padres o la cultura condenan. El yo es el aspecto racional de la personalidad que se enfrenta con la realidad cotidiana, en parte tratando de mantener bajo control los deseos inconscientes del ello y la culpa del superyó. Los bebés están gobernados sobre todo por el ello: quieren que sus necesidades sean satisfechas de inmediato, en especial las que se relacionan con el placer oral. A medida que los niños crecen, sus yo se desarrollan; continúan afirmándose en sí mismos pero también se van acomodando a las demandas del mundo exterior. En la infancia temprana (fálica) los padres y la sociedad enseñan al niño que debe controlar sus impulsos y así va desarrollando el superyó. Una persona emocionalmente estable desarrolla un yo fuerte, capaz de enfrentar las demandas del ello y del superyó.
Erikson fue neofreudiano, seguidor de la teoría del psicoanálisis de Freud. Propuso ocho estadios evolutivos, que abarcan todo el transcurso de la vida, cada uno de los cuales se caracterizaba por una dificultad concreta, o una "crisis" del desarrollo, que es primordial en esa etapa de la vida. En la teoría de Erikson, la resolución de cada crisis del desarrollo depende de la interacción entre las características individuales y el apoyo que brinda el entorno social.
En la siguiente tabla aparecen las etapas de Freud o etapas psicosexuales y las de Erikson también llamadas etapas psicosociales.
Edad (aproximada) | Freud (etapas psicosexuales) | Erikson (etapas psicosociales). |
0-1 | Etapa oral. | Confianza frente a desconfianza. |
1-3 | Etapa anal. | Autonomía frente a vergüenza y duda. |
3-6 | Etapa fálica. | Iniciativa frente a culpa. |
7-11 | Latencia. | Laboriosidad frente a inferioridad. |
Adolescencia. | Etapa genital. | Identidad frente a confusión de roles. |
Adultez. | Perdura etapa genital. | Intimidad frente a aislamiento. |
| | Generatividad frente a estancamiento. |
| | Integridad frente a desesperación. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario