lunes, 29 de diciembre de 2014

Röyksopp





El programa Siglo 21 de Radio 3 es uno de mis predilectos, aunque me gustan todos, pero es mi favorito. Siempre con ese aire electro innovador que hace una hora día tan crítica como el medio día sea más llevadero. Y que decir del contestador automático de siglo 21, una pasada... cada uno dice lo que piensa sin más dilaciones: se "cagan" en todo y punto. La música es un mundo de muchas posibilidades que va más allá del deleite auditivo: entra por los oídos, remueve las neuronas, activa el corazón y acaricia el estomago para después salir por los ojos vistiendo la realidad de fiesta o velatorio, según convenga. El mundo no sería nada sin ese arte de combinar los sonidos para activar las sienes, llevamos la música en el cuerpo y éste nos lleva a la música: un baile de dos enamorados.

martes, 16 de diciembre de 2014

Reparto de riqueza.

En la España del siglo veintiuno está de moda lo de reparto de riqueza. Es evidente que hay para todos pero que no todos tenemos lo que necesitamos. El tema de las necesidades es para echarle un rato, porque hay quien necesita mucho para vivir y otros nos conformamos con poquito. Pero ésta es otra cuestión: lo que realmente necesitamos para vivir. A la hora de hablar de reparto de riqueza, necesitamos saber que tenemos que repartir, porque no es lo mismo repartir millones de euros que comida o libros. Está claro que comer comemos todos los días y que leer leemos... poco pero leemos. Todos tenemos derecho a pan y conocimiento pero no a todos nos llega por igual, en la misma cantidad. Este es el tema. Cuando hablamos que repartir ¿qué riqueza tenemos que repartir?. Yo diría que lo que hay que repartir es la tierra y el trabajo, y no el capital, osea dinero. El sistema económico,del que todos nos beneficiamos, seamos ricos o pobres, patrones o esclavos, tiene como principio y base el capital; y éste el pilar sobre el que se sustenta nuestro sistema económico, lo queramos o no. Si lo que queremos es repartir el capital, o sea euros, sí hay para todos pero los que los tienen no quieren soltarlos, porque no son tontos es evidente, y los que no tienen ni un duro pillar más y también están en su derecho. Y lo cierto es que que hay euros para todos, como hay dólares, libras, etc. Pero lo que yo digo, en mi humilde opinión es que porque no repartimos lo que realmente nos pertenece: la tierra y el trabajo. Se trata de cambiar el pilar del sistema económico, en vez de que sea el capital el que aguanta el solito el sistema que lo hagan la tierra y el trabajo, y de paso que no falte el conocimiento para todos y libertad también repartida por igual. A lo que voy, que cuando hagamos el reparto hacerlo con cabeza y partiendo de unos principios éticos y razonables. Insisto: más cultura, más pan y menos euros, que al final nos sobran chorizos y nos falta con que comérnoslos.

domingo, 27 de julio de 2014

Desde hace unos días, leo en los periódicos noticias sobre guerras en distintas partes del mundo: Gaza, Ucrania, Sudán. Es impresionante, la gente de esos lugares tienen que estar pasando verdaderas necesidades, calamidades como diría mi madre. Contaban mis abuelos que en la guerra civil española pasaban "muchas hambres", en plural, las guerras suelen durar un tiempo y se pasan muchas veces hambre, normal. En gaza por ejemplo: todos los días unas cuentas bombas aquí y allá. Para esas criaturas la vida tiene que ser una lotería, o algo más rápido: yo diría un bingo, o cantas bingo o te toca linea. Comer, dormir, la higiene personal, las relaciones personales, etc., que son necesidades primordiales para la vida de los seres humanos, tienen se tienen que hacer muy difíciles en esas condiciones, o casi imposibles. El miedo constante a la muerte o peor: a la muerte de un ser querido, de un padre, madre, hermano, hermana, de tal o cual edad. El terror que supone perder a toda tu familia o amistades de toda la vida, el infierno de vivir el resto de la vida con heridas psicológicas abiertas, incurables: el dolor, la rabia, la impotencia... En la guerra se pasa mucho y después, también. Es evidente que uno se pone de parte de las víctimas, que son los fuertes y repudia a los verdugos, los débiles, moralmente débiles.

sábado, 26 de julio de 2014

En Turkmenistán, un país de los que acaban en "istán", hay un cráter de 60 metros de diámetro y 20 metros de profundidad que lleva décadas ardiendo desde que los soviéticos hicieran unas prospecciones en busca de gas en la década de los setenta.  En esta imagen se puede ver lo espectacular que es el cráter y la belleza visual del fuego en el desierto del país asiático. En el blog "Fogonazos" se puede encontrar más detalles.