viernes, 30 de julio de 2010

Camino de Santiago. Astorga- Rabanal del Camino.



Llegamos, Jesús y yo, a Astorga el día 17 de julio del año xacobeo 2010 a las nueve de la mañana. El viaje en autobús fue de diez horas contantes y sonantes. Dormimos algo en el viaje, no estuvo mal, si lo comparamos con el de regreso que fueron doce horas desde Santiago a Sevilla. Entre las incidencias del trayecto: un control de la benemérita en Zafra, punto caliente del contrabando de estupefacientes. Cuando estábamos haciendo la pequeña parada de cambio de conductor, unos cuatro guardias civiles, porque iban vestidos de eso no por otra forma de darse a conocer, y nos invitaron amablemente a apartarnos todos juntos a un lugar con más intimidad. Nos hicieron unas preguntillas, de dónde venís y cual es vuestro destino, y nos cachearon. Nos indignó que fuéramos los elegidos entre todos los pasajeros de la diligencia y pensamos que era por nuestra “pinta”. Jesús no dudó en pedir explicaciones y uno de los guardias que estaba tomando nota de nuestros documentos de identidad el contestó algo así como: “quién ha dicho que es por la pinta”. No es la primera vez que nos sucede ésto, ya en un viaje juntos a Sierra Nevada nos paró un control de carretera unos hicieron lo mismito. Tenemos el la “rara”. Lo mismo cumplimos el perfil de camellos y no quedaríamos mal como figurantes en una nueva versión de “El Vaquilla”. En fin, una imagen estereotipada bien merece ser rentabilizada, ¡quiero casting ya!

Nada más llegar a Astorga nos mentalizamos que teníamos que empezar el camino. Desayunamos en un bar junto a la catedral de la ciudad y la cede del obispado, de estilo modernista y obra de Antoni Gaudí. La camarera nos puso un par de tostadas de pan de molde del gordo con mantequilla y mermelada, y café. Un desayuno caro y malo que, ¡vaya tela! Indignados nos aseamos, nos cambiamos y pusimos el primer pié en el camino de las estrellas ¿lo llamarán así porque los peregrinos ven las estrellas cuando las ampollas dicen aquí estoy yo? Decidí hacer la primera etapa andando con Jesús y tirando de la bicicleta, lo que no me supuso mucho esfuerzo. Fue una etapa tranquila y poco dificultosa, hablamos y empezamos con los saludos de rigor a los peregrinos que nos íbamos encontrando: “buen camino”.


Llegamos a Rabanal del Camino casi sin darnos cuenta y buscamos alojamiento. Un pueblo con dos calle y no había forma de encontrar el albergue que buscábamos, el municipal. Nos quedamos en uno muy mono, la típica casa de campo con patio interior, con sus soportales, balcones ajardinados, macetas con flores por todos lados, todo muy bien cuidado. Como un grupo de estudiantes de Madrid ocuparon la zona de literas, la señora del albergue nos ofreció por cinco euros una habitación con cama de matrimonio dentro de su casa y utilizando el baño de la familia, muy entrañable el hospedaje. Visitamos el pueblo y fuimos a una misa de peregrinos, cenamos empanada, charlamos con la mujer un buen rato de las cosas del camino y nos aconsejó sobre cosillas varias.

Un apunte sobre la localidad:
En esta población leonesa concluye la novena etapa recomendada por Aymerid Picaud. Al comienzo de la calle que, siguiendo el Camino, atraviesa la localidad, se encontraba el hospital de peregrinos, que hoy se identifica con una sencilla casa.
De los edificios de la localidad cabe recordar la iglesia parroquial (que remonta sus orígenes a los templarios), la ermita de San José (erigida en el siglo XVIII), y la llamada Casa de las Cuatro Esquinas. En esta última, según la tradición, el rey Felipe II hizo noche en su viaje a Compostela. (http://cvc.cervantes.es/actcult/camino_santiago/novena_etapa/rabanal/)

jueves, 29 de julio de 2010

Camino de Santiago.


Deja lo que no te haga falta y coge lo que necesites. Esta frase lo resume todo. Hacer el camino de Santiago en bicicleta ha sido una experiencia que me ha dado nobleza, esa es la palabra, nobleza. Me ha hecho noble. Según la R.A.E., noble, en su 5ª acepción, significa: “Honroso, estimable, como contrapuesto a deshonrado y vil.” Poco a poco te vas despojando de todo lo que llevas de más y que te pesa. Todo aquello que no necesitas para tirar para adelante y que supone un laste absurdo. En todos los ámbitos de la persona: el espiritual, el mental, el material... Y poco a poco, a cada paso, tienes ante ti todo un mundo lleno de compañía, de generosidad, de empatía. Es tan sencillo y tan fácil como aceptar al otro y ofrecerte. Es dejar de ser para sentir unicamente. Dejarte llevar y disfrutar del momento presente, abierto a los estímulos del exterior. Y todo ésto, te hace sentirte lleno y pletórico, a veces extasiado por tanta belleza. Todo invita a que las personas sean honrosas, estimables: los árboles, los animales, las estrellas..., no se sabe dónde termina el paisaje y empieza la persona. Dejar de ser y sentir. ¡Hagamos que en todos los lugares donde la violencia, la guerra son el día a día se tracen caminos como el de Santiago, para que la convivencia entre los seres humanos llene de paz y belleza todos los lugares de la tierra!

domingo, 4 de julio de 2010

Frutas y verduras de Julio

En el siguiente enlace he encontrado una forma de conocer las frutas y verduras, además de pescados y carnes, de temporada. (Pinchar en el título).
Frutas y verduras de Julio

lunes, 10 de mayo de 2010

Reportaje de Canal Sur sobre el habla andaluza.


Hay una creencia bastante generalizada que señala que en Andalucía habitualmente se habla mal. El hecho de que nos comamos los finales de las palabras, las “s”, que “ceceemos” o “seseemos” serían algunos ejemplos de ello. ¿Es o no incorrecto, desde el punto de vista de la lengua, esta forma de expresarnos? ¿Hay una forma correcta de hablar el español o el andaluz? Y es más, ¿Existe una única forma de hablar en las ocho provincias de al comunidad autónoma? En el reportaje de Canal Sur se trata a fondo el habla en Andalucía, analizando a partir de la publicación del trabajo La identidad lingüística de Andalucía, coordinada por el profesor de la Universidad de Sevilla Antonio Narbona, las características de nuestra forma de hablar, ofreciendo algunas conclusiones que determinan nuestra forma de expresarnos.

Desde siempre se ha dicho que los andaluces hablamos mal. Pero, ¿es correcto? ¿Hay una forma correcta de hablar el español? Y, por la misma regla, ¿existe una única manera en el habla andaluza?. El estudio de la Universidad de Sevilla sobre la identidad lingüística de Andalucía analiza estas cuestiones y se llega a la conclusión de que la entonación y el ritmo son los principales caracteres diferenciadores del habla en Andalucía. Rafael Cano, catedrático de la Lengua Española de la Universidad de Sevilla y coordinador del estudio, afirma que el modo de pronunciar la “s” es un rasgo fronterizo de Andalucía, lo que supone un importante rasgo diferenciador con respecto al resto de la península ibérica. Antonio Narbona, también catedrático de Lengua Española de la Universidad de Sevilla, nos comenta que el “seseo” es un rasgo diferenciador bastante importante y que éste no se da o raramente en el resto del mundo hispanohablante.

En el documental se nos presentan de forma definida los rasgos fundamentales y peculiaridades del habla andaluza. Estos son: la apertura final de las vocales que se da en Andalucía oriental, el uso de ustedes como plural único en la occidental, las 15 maneras de pronunciar la “s”, así como el uso de la “h” aspirada en sustitución de las consonantes “c”, “z”, y “s”.

Una de las cuestiones que se plantean en el documental es la influencia del grado de educación de los hablantes en su forma de usar la lengua, de hablar. De todos es sabido que existe un supuesto complejo de inferioridad de algunos hablantes. Según Rafael Cano, este complejo no se ha cuantificado, no hay datos fiables, estudios que constaten este hecho. Como afirma el señor Cano, “el hablante puede cambiar la forma de hablar para que no se rían de uno, porque le conviene; y lo hace de forma espontánea y sin ser obligado a ello.

Por otro lado, se analiza la influencia y el papel de los medios de comunicación en el uso del habla andaluza por los andaluces. Según Cano “el lenguaje de los medios es un estilo; se trata de ser entendido por la mayor cantidad de gente”, así pues la influencia sobre el habla de los espectadores es mínima. Los medios de comunicación buscan un lenguaje neutro y comprensible a todos, por ejemplo utilizan las vocales de forma muy pronunciada.
Como cualquier otra forma de hablar, el habla andaluza esta evolucionando, incorporando nuevas formas y perdiendo el uso de expresiones y palabras. Se producen cambios de vocabulario y expresiones del menudo rural se van perdiendo.

El documental nos acerca a una de las formas de hablar el español, una más entre las muchas que se pueden encontrar en el mapa lingüístico del español: el habla andaluza. A nivel fonético y morfo-semántico, el habla andaluza tiene rasgos distintivos que le dan una identidad lingüística propia. En un plano social la conciencia que los hablantes tienen de su habla es evidente y la utilizan sin un supuesto complejo de inferioridad. Además, dentro de su geografía lingüística se pueden encontrar diferencias que nos llevan a hablar de las hablas andaluzas. En resumen, la forma de utilizar la lengua española en Andalucía es una característica que nos diferencian y nos definen como cultura, siendo el habla o las hablas andaluzas un elemento más de ésta.

domingo, 21 de marzo de 2010

Lévi Strauss. Chamanes.


En el artículo de Claude Levis Strauss “La eficacia simbólina” (1949), el antropólogo indaga los fundamentos estructurales de la cura de los chamanes, tomando como referencia un texto de Nils H. y Henry W. sobre un encantamiento realizado en una cura chamanistica de los indios Cuna de Panamá.

El término "eficacia simbólica" corresponde a las técnicas empleadas por el hechicero o chamán para curar a sus enfermos. Comprende dos aspectos: uno correspondiente al lugar, al puesto que ocupa el chamán (el del sujeto supuesto saber); el otro, no tanto al uso de la palabra, sino a los actos que ejecuta en su terapia. Lévi-Strauss dice que el chamán cura por el lugar que ocupa, y aclara: un chamán no se convierte en un gran hechicero porque cura a sus enfermos, sino que cura a sus enfermos porque se ha convertido en un gran hechicero. "El problema fundamental es, pues, el de la relación existente entre un individuo y el grupo o, para ser más exactos, entre un cierto grupo de individuos y determinadas exigencias del grupo". La eficacia de la práctica mágica implica la creencia en la magia: la creencia del hechicero en la eficacia de sus técnicas, la del paciente en el hechicero y, la confianza y exigencias del grupo de personas que intervienen.

El chamán es llamado para asistir a un parto difícil donde la partera de oficio se encuentra confusa ante la dificultad de su paciente. El parto al parecer se ha complicado debido a que Muu, el espíritu que anima al útero y por ende es la potencia responsable de la formación del feto, ha sobrepasado sus funciones y ha robado el alma o purba de la madre. La intervención del chamán tendrá por objeto la recuperación del purba de la parturienta, grandes luchas y conjuros contra los excesos de Muu. “Vencida, Muu deja que se descubra y libere el purba de la enferma; el parto tiene lugar, y el canto concluye enunciando las precauciones tomadas para que Muu no escape en persecución de los visitantes. El combate no ha sido librado contra la misma Muu, indispensable para la procreación, sino tan sólo contra sus abusos; una vez corregidos éstos, las relaciones se vuelven amistosas, y el adiós de Muu al chamán equivale casi a una invitación: Amigo nele, ¿cuándo volverás a verme?”

El purba para los Cunas es el alma y cada órgano tiene el suyo propio. Lévi-Strauss, explica que este tipo de cura es por la palabra, una “manipulación psicológica del órgano enfermo”. En el texto, la eficacia simbólica del chamán reside en la creencia que un grupo de personas y la enferma tiene en él. Sólo así es posible que la enferma, a partir de lo dicho por el chamán, pueda aceptar el advenimiento de extraños síntomas:
“El chamán proporciona a la enferma el lenguaje en el cual se pueden expresar inmediatamente estados informulados e informulables de otro modo. Y es el paso a esta expresión verbal que provoca el desbloqueo del proceso fisiológico, es decir la reorganización, en un sentido favorable, de la secuencia cuyo desarrollo sufre la enferma”.

El mito que se le ofrece a la paciente para entender ese desorden, y que constituye lo realmente terapéutico, en tanto que es lo que permitiría que la criatura descendiera, consiste en verbalizarle como los nelegan penetran en su vagina en fila india, y en el momento que llegan al útero, morada de Muu, ya no marchan en fila sino de cuatro en fondo y para salir de nuevo al aire libre, marchan todos en un mismo frente. Lo anterior es lo que a juicio del autor desencadena la respuesta fisiológica correspondiente y la cura.

martes, 9 de marzo de 2010

Eduardo Punset es uno de mis favoritos, no puedo negarlo. Desde hace tiempo sigo a este divulgador científico. En su blog, "Redes para la ciencia", se puede leer esta entrada sobre el futuro de la educación y, francamente estoy de acuerdo son su planteamiento. Me he permitido un cortar y pegar porque no tiene desperdicio. Además en su blog se pueden encontrar más entradas muy interesantes sobre el tema del aprendizaje social y emocional.

"La crisis de fondo está en la educación.

Hay una gran mayoría de científicos convencida de que la próxima revolución, la que cambiará nuestras vidas hasta límites irreconocibles, será la fusión de la biología y la tecnología, que ya ha empezado. Esta revolución avanza a pasos agigantados, pero yo estoy convencido de dos cosas: de que no será la más importante y de que le va a ganar la partida otro tipo de transformación que se expresará, a la vez, más profunda y lentamente.

¿Por qué digo eso? Les pido a mis lectores que cierren los ojos un instante e imaginen la actividad que peor funciona de todas las prestaciones universalizadas: la justicia, la seguridad ciudadana, la enseñanza, la sanidad, el ocio, el transporte o la asistencia social a ancianos y necesitados. Otros y yo hemos hecho esta prueba en contextos sociales muy diversos. Pues bien, por ello puedo anticiparles el resultado de su experimento. Son muy pocos los que aludirán a la educación o la enseñanza como a la actividad que atraviesa la crisis más grave.

La educación del futuro gestionará la diversidad de las aulas modernas fomentando la inteligencia social y enseñará a gestionar las emociones positivas y negativas.

Y, sin embargo, es, a mucha distancia de las demás, la que menos está respondiendo a las exigencias de las sociedades modernas. Tenemos un sistema educativo instalado en la Prehistoria. Intuimos ahora que la reforma educativa de los próximos 50 años a nivel mundial se caracterizará por una reforma radical de la profesión de maestro. Lejos de ser una profesión liviana, la de maestro será una carrera con un contenido más profesional y complejo que cualquier otra.

Lo que está aflorando del análisis en curso es que el objeto de la reforma no es tanto alterar la complejidad de las clases globalizadas, ni la propia sociedad, como la categoría de los maestros, que verán sus objetivos transformados. El objetivo no será cambiar las clases, que, a veces, fruto del proceso de globalización, parecen una reunión de 30 jóvenes con problemas mentales gritando a sus maestros. Tampoco podemos cambiar de la noche a la mañana las asociaciones de padres, que parecen compaginar un desinterés inaudito por la educación de sus hijos con una cierta agresividad contra el profesorado.

¿Cuál será, pues, a partir de pasado mañana, la misión de los sistemas educativos en el futuro? ¿Formar especialistas? No. La reforma de la enseñanza se propondrá dimensionar ciudadanos en un mundo globalizado. ¿Pertrechar las mentes de sus estudiantes? No. Los esfuerzos venideros en materia educativa apuntarán a reformar los corazones de la infancia y la juventud, olvidados por la obsesión exclusiva en los contenidos académicos.

¿Cómo se consigue alcanzar esta misión? Cumpliendo estos dos objetivos. Uno: aprender a gestionar la diversidad de las aulas modernas, a las que ha cambiado profundamente su cariz la globalización. Se trata de fomentar la inteligencia social y no sólo la individual, hacer que sirva para concatenar cerebros dispares y distintos, tomando buena nota de sus diferencias étnicas, culturales y sociales.

Simultáneamente –y éste es el otro objetivo–, resultará imprescindible que los maestros fomenten el aprendizaje de las emociones positivas y negativas, que son comunes a todos los individuos y previas a los contenidos académicos destilados a la infancia; es decir, aprender a gestionar lo que nos es común a todos. Se trata de enseñar a los jóvenes a gestionar la rabia, la pena, la agresividad, la sorpresa, la felicidad, la envidia, el desprecio, la ansiedad, el asco o la sorpresa.

Al profundizar en el sistema de enseñanza del futuro, estamos constatando que, lejos de ser la profesión de maestro una de las más livianas, es ya, sin lugar a dudas, las más compleja y sofisticada de todas ellas. ¿Cómo ha podido la sociedad, los propios educandos y las instituciones hacer gala de tanta ceguera?"

http://www.eduardpunset.es/2225/general/la-crisis-de-fondo-esta-en-la-educacion

La empresa lucrativa. Apuntes de Antropología Política.


En la empresa lucrativa, el fin específico es hacer dinero. Hacer dinero entre comillas porque equivale a crear riqueza o acumular dinero. Se trata de un medio o instrumento para acumular capital. Desaparece la empresa cuando deja de “hacer dinero”, porque deja de tener sentido lucrativo. El producto elaborado no tiene sentido para quien lo elabora; es un producto creado con un fin lucrativo. Carece de significado cuando deja de contribuir a acumular capital. En la medida en que el producto o servicio comienza a tener sentido en si mismo, la lógica lucrativa comienza a ser anulada o aplastada por otros campos que nada tienen que ver con la creación de capital. Una organización como la red sanitaria es un ejemplo, presta un servicio a la comunidad pero no “hace dinero”. Sin embargo, una empresa farmacéutica produce medicamentos porque tiene un din lucrativo.

Los contratos comerciales mercantiles se utilizan en la producción de bienes y servicios. Son un conjunto de contratos mercantiles, y se podría decir que éte es una organización lucrativa. Se trata de un entramado con una estabilidad frágil, depende sólo, su continuidad, de que los costes totales que se derivan del mantenimiento de los contratos sean inferiores a los que se obtendrían de tener que buscar los beneficios en el mercado abierto.

A una empresa le interesa más contratar un servicio fuera que mantener uno dentro de ésta, es el fenómeno de las subcontratas. Éste tema fue estudiado por Couse. Los sujetos sociales son los protagonistas y tienen el mando de los negocios, no son las multinacionales, aunque éstas sean monstruos con mucha capacidad de influencia notable. Los verdaderos protagonistas son los ejecutivos. Se entiende todos aquellos que con su iniciativa y su saber y dedicación son reconocidos como artífices de el “hacer dinero”.

Un ejemplo de una sociedad capitalista ideal es, por ejemplo, la sociedad constituida para la organización de los JJOO de Atlanta. Los empleados de ésta tenían que ser flexibles, dedicados y multifuncionales (para todo) y saber que, una vez extinguida la empresa dejan de trabajar; son, por tanto, conscientes de su fatídico final.

Se puede decir que vivimos en “sociedades de muchedumbre solitarias”. Lo que quiere decir que todos vamos a nuestro beneficio, nuestro desarrollo personal como fin último en nuestras vidas. Trabajemos haciendo zapatos, en un banco o en lo que sea, el producto no nos importa, nuestro vínculo con él es nulo, lo importante es nuestro desarrollo económico y personal.

Ninguna empresa es para siempre, lo que perdura no es la empresa sino el “logo”. Por ejemplo: Coca Cola. La multinacional de refrescos ha tenido muchas mutaciones a lo largo de su historia. No tiene dueño, la figura del fundador de la marca aparenta ser el dueño, si vive, pero quienes llevan las riendas de la organización son los ejecutivos que están detrás. Es el paquete accionarial el que está mutando constantemente y representan dicho paquete. La marca permanece si “hace dinero”, sino desaparece.

En otro tipo de organizaciones como partidos políticos, religiosas, etc., lo que hay son miembros. Por el contrarío si se trata de una empresa como Coca Cola lo que hay son empleados, gente que trabaja para la multinacional. Lo que es relevante en el mundo de los negocios es el desarrollo personal; los ejecutivos saltan de un departamento, de una empresa a otra de sectores distintos con una gran facilidad, lo que demuestra que lo relevante no es el vínculo que el empleado tenga con el producto, sino su propio desarrollo personal (una carrera para hacer dinero). Lo que se ve desde el punto de vista del consumidor es la marca y todo lo relacionado con ella pero no el entramado que hay detrás. Por ejemplo: Ruiz Mateos, es una marca. El señor Mateos tiene detrás un entramado de ejecutivos y capitales que se intercambian y mutan constantemente.

Apuntes de la clare de Felix Talego, Antropología Política.

Bibliográfica recomendada: “No logo: el poder de las marcas”. Naomi Klein.

martes, 2 de marzo de 2010

Era rusa y se llamaba Laika.

Ayer, rastreando en los blogs de los que soy un aficionado condicional, encontré un video del canal Cultural.es de Televisión Española. El programa se llama Archivo Sinapsis y el responsable es Joan Fontcuberta. El documental del primer programa se llama “Era rusa y se llamaba Laika”. Se trata de un documental que relata “el curioso caso, incomprensiblemente desconocido, de la reencarnación de la perrita Laika”; en palabras del autor. Merece la pena verlo. El final es un poco trágico y misterioso, muy misterioso.

El señor Fontcuberta, Licenciado en Ciencias de la Información, es profesor de Estudios de Comunicación Audiovisual en la Universidad Pompeu Fraba de Barcelona, además es fotógrafo, ensayista, artista, crítico y promotor de arte...
La historia de la perrita me ha dado que pensar. ¿Cómo el poder puede ser tan listo? ¿Cómo los dominados y alineados ciudadanos pueden ser tan tontos? Unos cuentan una historia y otros se la creen. Laika se convirtió en un símbolo del ideal comunista soviético. La perrita se sacrificó por el bien de los demás. Contra viento y marea aguantó hasta el final, no abandonó nunca sus ideas, sus valores altruistas y revolucionarios. El poder decidió que fuese una perrita la que encarnara al ciudadano por excelencia. Pero al fin y al cabo: una perrita, un animal. De compañía pero animal. Y como es sabido, sólo los seres humanos tenemos la capacidad de utilizar símbolos, de crearlos, entenderlos. Supongo que Laika nunca llegó a ser consciente de lo que estaba viviendo. Sus compatriotas los humanos sí (una mayoría). Creyeron ciegamente en lo que representaba la perrita para ellos y canalizaron todas sus energías en defenderlo. El poder consiguió lo que pretendía: el control sobre la ciudadanía.

Pero la cosa no es tan fácil, no se trata de que unos pierden y otros ganan. Como cuenta “San” Marvis Harris en su libro “Antropología Cultural”, de que las masas subordinadas no obtengan beneficio alguno, sino sencillamente que no se llevarían a efecto si al grupo dominante no le reportara también algún tipo de beneficio. En esto del poder todos salimos ganando. Curioso. El poder utiliza todas las estrategias a su alcance para perpetuarse. El poder para los humanos consiste en la capacidad de controlar la energía. El poder es el control sobre la gente y la naturaleza. Control sobre herramientas, técnicas..., sobre las mentes que son la mano de obra... el grupo dominante estipula unas condiciones y las tareas en las que las masas subordinadas tienen que consumir gran parte de la energía. En este sentido, si la suma de la energía de los dominados suma más que la de los dominantes ¿cómo pueden ser tan tontos los primeros?
A más energía más poder. El poder de unos seres humanos concretos no se puede medir simplemente sumando la cantidad de energía que regulan o canalizan. No podemos simplemente sumar toda la energía en forma de alimentos, productos y fuerzas cinéticas que fluye por las masas de “plebeyos” en comparación con la “nobleza” y obtener una evaluación de sus relativas posiciones de poder. El hecho es que gran parte de la energía consumida por las masas subordinadas en las sociedades estratificadas se gasta bajo condiciones y para tareas que el grupo dominante estipula o compele por fuerza a los dominados a que hagan y ejecuten algo. La propia realización de estas tareas depende de que aumenten el poder y bienestar del grupo dominante.

Siempre es bueno arrimarse al árbol que mas cobija, como dice la sabiduría popular. ¿Qué fulano de tal sea más rico que yo hace que yo sea más pobre que él? Si yo soy el mayordomo del Rey, pongo a su servicio mi “energía”, a cambio de mi fuerza de trabajo el Rey me da su protección y asumo el papel de subordinado. Hoy en día esto suena arcaico, medieval. Pero, después de leer mi contrato de trabajo, creo que las cosas han cambiado poco. Si a caso algo. Poco. Fulano de tal quiere ser rico y de camino se hace poderoso, porque el dinero es poder. El poder es la garantía de conservar la riqueza, una coraza, un castillo fortificado inexpugnable. Yo ofrezco mi mano de obra o fuerza de trabajo al empresario a cambio de un sueldo, regulado por ley. Él me da una protección económica y yo asumo mi rol y estatus en la jerarquía establecida (organigrama). Reconozco que soy un subordinado y asumo el poder y estatus del empresario. Una vez manos a la obra, si el empresario se hace más rico yo sigo cobrando igual, si se hace más pobre o gana menos yo voy a la calle por un E.R.E. (expediente de regulación de empleo).

Si los rusos se creyeron lo de Laika y después de la caída del sistema soviético se destapó la verdad oculta en años de comunismo y socialismo, nosotros que seguimos inmensos en la inercia del sistema capitalista, ¿de qué no nos estaremos enterando? ¿Nos la estamos tragando con papas y no nos estamos dando cuenta? Etc... Hay infinitas preguntas pero... pocos son los privilegiados que pueden salir fuera y contarnos lo que nos está pasando.

http://www.rtve.es/mediateca/videos/20091222/archivo-sinapsis/655063.shtml

http://www.rtve.es/rss/videos/television/TE_PCULTUR.xml

jueves, 25 de febrero de 2010

Consmovisión. El mundo según los Mayas.

Nuevos templos, nuevos dioses, nuevas creencias.

En el texto del sociólogo de origen vienés Peter Ludwig Berger, plantea que “ha surgido un problema de significatividad…”. Con este enunciado introduce varias ideas sobre nuestra sociedad contemporánea y su relación con la religión –en nuestro caso la católica.

En primer lugar, dentro de nuestra sociedad moderna e industrial la vida religiosa queda excluida, secularizada, y relegada al ámbito de lo privado, un fenómeno privado según el autor. Las nuevas estructuras del actual sistema han reciclado las de la tradición religiosa que son funcionales y relevantes en los ámbitos político y económico, dejando lo “privado”, fuera (en otra “esfera”).

En segundo lugar, Berger nos explica como la religión se ha desmonopolizado y ha entrado en la dinámica de la economía de mercado transformada en “artículo de consumo”; además de conducir a una situación “pluralista”. En este sentido, la religión ha perdido el papel tradicional de protección y legitimación dentro de la sociedad. Por otra parte, el mundo religioso aparece en nuestra realidad “en la medida en que subsiste su adecuada estructura de plausibilidad”, comenta el autor.

Así pues, partimos de un problema: hay variedad de opiniones sobre lo que suele entenderse por sentido común, lo que parece posible, obvio, elemental, etc. La religiosidad antes de la industrialización legitimaba el mundo y, como dice el autor, “las tradiciones religiosas perdieron su carácter de símbolos bóveda protectoras de la sociedad”. Este papel la religiosidad lo ha perdido en lo público, el poder político y económico, y sigue vigente en lo privado con diferentes formas, opiniones o “sentimientos” de entender el “sentir” religioso. La “preferencia religiosa” de cada uno, en el conjunto de la sociedad, crea una pluralidad de opiniones y a su vez un problema de significados, de “significatividad”. La religiosidad de cada uno queda para aquello que uno entienda por religión, por decirlo de alguna forma.

En nuestra sociedad de consumo, las normas, valores y creencias las dicta la economía de mercado; la tradición religiosa con las suyas ha quedado relegada a lo privado. El poder económico y el político han creado su propia bóveda protectora que cumple la función como la religiosa. Por otra parte, lo que queda sin “atender” es asumido en lo privado por cada uno. En este sentido, la religión como “organizaciones de venta, genera “productos” que ofrece a sus feligreses dentro de una lógica de economía de mercado vigente.

En mi opinión, en la sociedad contemporánea, la industrialización, la economía de mercado, el consumo, etc., ha creado un nuevo conjunto de normas, valores, creencias , nuevos lugares de cultos (superficies comerciales)… que se han legitimado en lo público y que en lo privado dejan que la religiosidad individual o preferencia religiosa se realice libremente.

El mundo religioso, la realidad religiosa del que tenemos conciencia a nivel colectivo presenta diversas opiniones respecto a lo que para cada individuo representa el concepto de religión. A mi parecer, esta variedad de significados de un mismo concepto genera una especie de “propiedad privada” que al ser una “opinión personal” deja de ser compartida con los demás y la religión llega a ser más privada que pública (de propiedad colectiva).

lunes, 22 de febrero de 2010

Necesidades. El mercado de trabajo y de consumo.

Una visión de la sociedad occidental contemporánea. El valor y el signo.

De un fragmento del libro de Jean Baudrillard, "Crítica de la economía política del signo", de 1974. En éste, el autor profundiza en el concepto de “valor-signo” (signo y símbolo), el significado connotativo que tiene un objeto a parte del uso o valor económico en el mercado, opuesto al de “valor de uso” y “valor de cambio” propuesto por Karls Marx. Baudrillard estudió filología alemana en Francia y realizo traducciones de Marx entre otros autores clásicos. El libro es, en definitiva, un análisis del sistema capitalista, del comercio y mercado, así como de los modos de intercambio.

El tema del texto ronda alrededor de las necesidades humanas (primarias vs. Secundarias) y un análisis de la sociedad contemporánea de consumo. Para el autor no hay necesidades básicas o primarias – recordemos la “Pirámide de Abraham Maslow-, las necesidades son fruto del sistema, la sociedad de consumo, porque las crea el mismo sistema para su funcionamiento. En este orden de cosas, el autor nos habla de la libertad del trabajador –un elemento más del sistema- como una libertad condicionada. La libertad del trabajador es la de trabajar y la libertad del consumidor es consumir. Quienes están fuera del sistema de consumo, por las circunstancias que sea, están excluidos de la sociedad en un sentido más amplio. Tanto el trabajador como el consumidor se encuentran alineados en la sociedad de consumo y se podría decir que éstos como miembros de la sociedad están alineados en el tiempo del trabajo y en el tiempo de ocio.

Una de las ideas que se aprecian en el texto, son las tramas sociales que explican el excedente que provoca la creación de nuevas necesidades. Si en el sistema de producción algo sobra, se introduce en el mercado con un nuevo significado, una necesidad “social” que “coacciona” al consumidor, le incita a necesitar ese algo imperiosamente. Por otra parte, Baudrillard comenta el concepto de “mínimo vital antropológico”, o lo que es lo mismo, un necesidad funcional. Otra idea del autor es que hay alineación en el conjunto del consumo, desde las formas de consumo más simples a las más complejas. Lo que está relacionado con la tesis del autor en la que defiende a que no hay necesidades “básicas” en el sentido de la teoría de la pirámide de necesidades de Maslow. Es decir, las producciones y consumos no están orientados a satisfacer necesidades de tipo funcional. En este sentido se podría decir que el sistema está encaminado a producir carencias más que eliminarlas. Crea una serie de necesidades que han de ser satisfechas lo que origina, cuando esto último no es posible, una carencia. El autor explica que la carencia no es material sino significativa. Además, implica poder. Lo material es un reflejo simbólico de una posición de poder. La abundancia y el lujo son significativos en nuestra sociedad y se accede a ello a través del poder.

Como se puede observar, la tesis de Baudrillar (no hay necesidades básicas, son fruto del sistema…) se contrapone a teorías como la de la pirámide de Maslow, o planteamientos economicistas, para los que el ser humano vine al mundo para satisfacer las necesidades básicas o primarias: alimentación, sexo, afectividad, etc. Llegados a este punto podemos plantear: ¿qué es lo fundamental en el intercambio? Los vínculos que se establecen entre los elementos del sistema de la sociedad de consumo o el objeto de intercambio con unas connotaciones añadidas a su valor de uso y de comercio. El objeto acaba siendo lo fundamental según el planteamiento de Baudrillar. Lo social transciende al objeto y esté se convierte en algo más que un valor funcional y un precio en el mercado. Se convierte en un signo y un símbolo que responden o se ponen en relación a una necesidad más o menos “básica”. Un ejemplo de esto: según Néstor García Canclini
(“Laberintos de sentido”, Diferentes, desiguales y desconectados, Barcelona, Editorial Gedisa, 2004, pp. 30-34). Si consideramos un refrigerador, tiene un valor de uso (preservar los alimentos, enfriarlos) y un valor de cambio, un precio en el mercado, equivalente al de otros bienes o al costo de cierto trabajo. Además, el refrigerador tiene un valor signo, o sea el conjunto de connotaciones, de implicaciones simb6licas, que van asociadas a ese objeto. No es lo mismo un refrigerador importado que otro nacional, con diseño simple o sofisticado. Todos esos elementos significantes no contribuyen a que enfríe más o preserve mejor los alimentos, no tienen que ver con el valor de uso; si con el valor de cambio porque agregan otros valores que no son los de uso. Remiten a los valores signos asociados a este objeto. Esto es algo familiar para los que estamos habituados a ver mensajes publicitarios que trabajan precisamente sobre este nivel de la connotaci6n, que nos cuentan historias sobre los objetos poco relacionadas con sus usos prácticos.

Por otra parte este cúmulo o sobrante de necesidades se inserta o crea tramas sociales de significación en las que se ven inmersos los consumidores (compradores-trabajadores). La clasificación de Baudrillar de cuatro tipos de valor nos permite relacionar lo socioeconómico y lo cultural. El valor de uso y de cambio son socioeconómica; el valor de signo y símbolo corresponden con lo cultural (procesos de significación).

De modo que, el individuo se ve inmerso en una trama socioeconómica que le incita a satisfacer unas necesidades o darse cuenta de unas determinadas carencias que son el fruto de otra trama cultural, cargada de significación, que mueve “por inducción” la anterior. Y por supuesto es el trabajador-consumidor (uno en el tiempo laboral, el otro en el tiempo de ocio) es quien asimila, interioriza y naturaliza la “cultura de consumo”. Lo que provoca que la libertad de éste quede de algún modo anulada por el sistema o como dice el autor del texto coaccionada; Baudrillar al final del texto, nos habla de la coacción de necesidades, coacción de consumo. El individuo no está obligado pero sólo tiene libertad para consumir. El individuo elije un puesto de trabajo en función de sus “necesidades simbólicas” en una libertad dentro de un mercado de trabajo. En definitiva, dentro de un sistema socioeconómico y cultural que le da libertad coaccionada.

Desde el punto de vista de Baudrillar el individuo es un elemento en un doble sentido. Por un lado ejerce el papel de asalariado dentro de un mercado de trabajo pero sin tener la libertad de vender su fuerza de trabajo dentro del sistema capitalista. Por otro, es consumidor con libertad para consumir, pero para pocas cosas más. Esta perspectiva se identifica con los paradigmas surgidos a partir de los años sesenta que cuestionan el sistema capitalista, en cierta forma el socialista también, y llevan a posturas más radicales o antisistema. Es evidente que el sistema capitalista se basa en la economía de mercado y que la “creación de riqueza” dentro de una organización política democrática que busca la protección y el bienestar del individuo. Pero ese enriquecimiento no implica que no haya pobreza; la democracia tampoco que haya una seguridad y bienestar para todos. La cultura en la sociedad precapitalista se ha mantenido en unas tradiciones y estilos de vida, ha reciclado otras para “acoger” al sistema capitalista. La función que desempeña la cultura en nuestra sociedad de consumo (capitalista) parece más clara después de leer el fragmento de Baudrillar. A mi parecer, producir signos y símbolos, necesidades y/o carencias.


Referencias bibliográficas:


- Jean Baudrillard, "Crítica de la economía política del signo", de 1974.
- http://www.infoamerica.org/teoria/garcia_canclini1.htm.
- http://www.psicologia-online.com/ebooks/personalidad/maslow.htm.
- Néstor García Canclini. “Laberintos de sentido”, Diferentes, desiguales y desconectados, Barcelona, Editorial Gedisa, 2004, pp. 30-34.






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viernes, 19 de febrero de 2010

Democrácia y Facebook.


“Facebook ha anunciado planes de construir en Oregón su propio y enorme centro de datos, al cual (aquí viene lo malo) proveerá de energía mediante una cercana central térmica de carbón. Eso significa que si eres uno de los cientos de millones de personas que usan esta red social (¿y quién no?), en cierto modo serás cómplice – involuntariamente – de la liberación de toneladas de CO2. Si, ya se que esta afirmación es completamente injusta, puesto que vosotros no decidís la política energética de la empresa, pero un poco de información nunca viene mal ¿verdad?”

Acabo de leer esta entrada en el siguiente blog: http://www.maikelnai.es/. La noticia a la que se refiere su autor me ha recordado una clase de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Diplomatura de Magisterio que cursé un par de años atrás. En ésta el profesor, de cuyo nombre no me acuerdo y no porque no quiera acordarme, nos comentó el por qué no se democratizaban las multinacionales y empresas privadas.

Vivimos en un mundo en el que la democracia es una organización social ideal. Es justa, en la que participan los ciudadanos y en la que nos sentimos libre y con derechos, también tenemos nuestros deberes. Esta espontánea definición de democracia me está resultando ingenua y casi cínica, pero me ha salido de sopetón y la verdad no me apetece consultar las oficiales y o académicas por si acaso resulten más frívolas. Bromas a parte, me parece una buena idea eso que comentaba el profesor de CCSS. Que si votamos a nuestros representantes en el parlamento y esas cosas, por qué no a los directivos de Coca Cola o, como viene a cuento, a los del Facebook ese que tanto nos gusta. Y por eso mismo que nos importa y forma parte de nuestra vida de ciudadanos tenemos que ser participes de las decisiones directivas que se tomen.

No sé si me explico bien, al menos lo intento. Con un ejemplo más cercano la cosa queda más coherente. Si yo trabajo en una empresa y me dicen que la democracia queda de rebate para afuera, yo no tengo más que asumir el poder establecido. Esto es, la dictadura del empresario, de los accionistas, de quien sea. Eso quiere decir que a callarse y a cumplir, que para eso te pagan. En el caso de que dicha empresa fuera una organización democrática, todos los elementos o empleados del sistema de producción podrían por ejemplo botar al presidente de la corporación, o en un referéndum si hay un expediente de regulación de empleo, o si queda mejor de color rosa la fachada con el logotipo de la empresa. Todas esas cosas, tan oscuras y tan por debajo del tapete, que los empleados solo nos enteramos cuando ya no hay ni huelga que las haga dar marcha atrás, serían más transparentes y la relación trabajador-producto final, más estrecha.

Parece tan fácil, pero no lo es. La realidad es que el poder económico de la sociedad del mercado de consumo y del conocimiento y la información, tiene eso, el suficiente poder como para reírse de la democracia y todo lo que suene a participación, a construcción de conocimiento compartido, a trabajo cooperativo, etc. Los magnates de las grandes multinacionales lo tienen claro: aquí el que manda soy yo, y yo el que me llevo el dinero y la democracia, el estado de derecho es un estorbo, los impuestos y esas cosas un chino en el zapato.

Pues nada, a seguir como estamos, a ver como Facebook contamina y como los consumidores, que también somos elementos empleados de la compañía apoyamos con nuestra incondicionada cegata la central térmica de carbón -que arcaico me parece, carbón- que suministrará energía al centro de datos -nuestras fotos- en Oregón. Bueno al menos no esta en Cazalla de la Sierra. Consuelo, el problema queda lejos, es de otros.

"Información, ciencia, sabiduría"


“Información,ciencia, sabiduría".

El artículo “Información, ciencia, sabiduría”, motivo de este comentario, fue publicado en el diario El País en enero de 2004 y escrito por el Catedrático en Sociología, Universidad Complutense, Emilio Lamo de Espinosa.

Según el señor Lamo de Espinosa, vivimos en un mundo de información y de conocimientos crecientes, pero con la misma sabiduría de hace tres mil años, según sus propias palabras. En nuestra sociedad, la información crece exponencialmente y se produce conocimiento a un ritmo que la sabiduría no alcanza. Lo cual representa un problema según el autor.

La información son datos, nos dice lo que es y cómo es. El conocimiento es un saber que, a partir de la información –combinando inducción y deducción- nos dice lo que podemos hacer. Es un depósito de teorías y modelos del mundo. El conocimiento necesita información y lo importante es discriminar la información relevante. El conocimiento científico tiene límites: los valores, la ciencia se ha construido eliminando valores (“la muerte de Dios”). La sabiduría trata de enseñarnos a vivir y nos muestra, de entre todo lo que podemos hacer, lo que merece ser hecho, afirma De Espinosa. Más adelante, el autor plantea tres preguntas: ¿qué hay?; ¿qué puedo hacer?; ¿qué debo hacer? La primera responde a la información, la segunda al conocimiento y la tercera hace referencia a la sabiduría.

Según el autor, aunque el planteamiento anterior sobre la relación entre información, conocimiento y sabiduría parezca claro, encuentra un inconveniente: los distintos ritmos de desarrollo. La información crece enormemente cada trimestre y se produce conocimiento, a partir de la información, cada 15 años. Sin embargo la sabiduría de que disponemos no es hoy mucho mayor de la que tenían conocidos miembros del pensamiento clásico como Confucio, Sócrates, Buda o Jesús; afirma De Espinosa. Mientras que la ciencia ha construido su conocimiento sobre viejas teorías desmontadas y olvidadas, la sabiduría de nuestros viejos textos morales permanece como una estática y actual referencia. Y por si esto fuera poco la ciencia es considerada como la única forma de saber válido, cuando la ciencia ciertamente carece de sabiduría.
Una vez llegados a este punto, el señor De Espinosa, nos presenta la paradoja de que cada vez sabemos más qué podemos hacer, pero sabemos menos qué debemos hacer; y aclara, pues incluso la poca sabiduría que disponemos la menospreciamos. Lo cual nos lleva a una ciencia sin finalidad ni objetivo. Para aclarar el asunto, si cabe, el autor nos propone un ejemplo: sabemos que podemos clonar seres humanos pero, ¿cuándo y por qué es razonable hacerlo? Así pues, el problema, a modo de conclusión, es que no somos capaces de producir sabiduría, al menos al ritmo que producimos conocimiento.

El autor nos presenta tres conceptos que tienen una relación de dependencia o estar jerarquizados. En un principio tenemos la información en grandes cantidades y que precisa una criba, discriminar su relevancia. Con esa información se construye el conocimiento, pero éste a su vez, precisa de la sabiduría para saber qué debemos hacer con él. El problema planteado es que mientras el conocimiento científico se ha producido y se produce sobre anticuados viejos paradigmas, la sabiduría es hoy en día la misma que hace dos mil años.
En mi opinión, la sabiduría es una especie de conocimiento socialmente construido y compartido por todos pero a la vez propio de cada uno de nosotros. Cada persona, independientemente de su saber académico, construye su sabiduría en base a la recibida por sus antepasados y la cultura en la que se desarrolla y, motivada por sus experiencias. El saber académico, la ciencia, nos dice lo que podemos hacer y cómo hacerlo; luego, lo que realmente debemos hacer es cosa de la sabiduría. Parece ser, según De Espinosa, que seguimos los valores y propuestas morales de hace dos mil años y que poco han evolucionado. Da la impresión de que ha habido y hay demasiados científicos y pocos –bastante menos- sabios. Quizás el hombre se ha preocupado más de la tecnología que de los valores. Esto nos ha llevado a que en nuestros días tengamos la posibilidad de hacer cosas pero no sepamos si debemos hacerlas. Una parte de la ciencia dice que sí, si se puede hacer debe hacerse. Pero, ¿tiene la ciencia sabiduría para hacerlo?
Es evidente que desde que el hombre es hombre –y mujer también- el fin ha justificado los medios (Maquiavelismo). Creo que de seguir así seguiremos teniendo a Jesús, Buda y Confucio, entre otros, como la sabiduría de referencia. El problema a mi parecer, radica en la educación. “Estamos educando a tecnólogos y no a ciudadanos” (Punset E.) . Todos vivimos en el mismo mundo, nos desarrollamos con las mismas necesidades, y en nuestra lucha por la supervivencia producimos nuestra propia sabiduría que es a su vez compartida con nuestros contemporáneos y herencia cultural de nuestros antepasados.

La cuestión es que si somos capaces de producir tecnología, desarrollar un conocimiento científico, ¿por qué nos ha resultado tan difícil producir sabiduría en la misma proporción que conocimiento? La respuesta a mi parecer es que, nos hemos preocupado demasiado en crear herramientas que nos permita la subsistencia. Transmitimos a nuestros hijos el conocimiento y los educamos para que lo desarrollen y por otro lado les hacemos herederos de la sabiduría pero no les mostramos como producirla. Quizás porque nosotros mismos no sabemos cómo producir sabiduría.
El valor de la a una información desde el poder y la ciencia “politicamente correcta” son la nota predominante en nuestra sociedad. El poder es el que produce la información yu es el que da valor a una información más que a otra. La ciencia funciona con pruevas, ensayos y errores. La información es una forma de poder (Foucault M.). La ciencia es una forma de verdad universal. La sabiduría queda relegada a un plano subjetivo y ancestral dificil de cuestionar, y por lo tanto dificil de crear y producir.

El futuro de la sabiduría pasa por cuestionar cómo podemos producirla y utilizarla de forma eficaz. Ser capaces de saber ante cualquier problema qué debemos hacer.