miércoles, 8 de octubre de 2008

Youniverse, La Bienal Global.


Esta tarde, fui a ver la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla. Según se lee en el suplemento del ABC del jueves, 2 de octubre:

"La Bienal Global. La relación entre el ser humano, el arte contemporáneo y las nuevas tecnologías es el hilo conductor de la III edición de la Bienal de Sevilla, en la que se pretende que el público sea el protagonista y no los artistas."

Las dos primeras ideas son buenas intenciones y no resultan nada novedosas. Me explico. Por un lado, me parece buena la de que las nuevas tecnologías sean elementos para el arte. Y esto ya lo ha hecho la humanidad, con las "viejas", desde el paleolítico superior. Por otro lado, también es acertado relacionar las cosas: ser humano, arte y nuevas tecnologías. ¿Es que antes no se hacía?
La tercera, es que el artista que ha tenido la pretención inicial de crear algo, no se queda solo y su obra inacabada es continuada por espontáneos visitantes. Luego por Internet, o por otros medios realiza el seguimiento de lo que empezó. Se trata de una obra viva, participativa, cooperativa.

Tras visitar la muestra, he quedado realmente sorprendido del dominio de las técnicas y herramientas por parte de los artistas. No es fácil ser artista y entendido en electrónica. Claro que el artista o los artistas, tendrán sus colaboradores correspondientes que les faciliten el trabajo. No es para menos que en una obra interdisciplinar y global, como las que se exponen en la bienal, se necesiten un grupo competente de creadores.

Mi concepto de Arte es el siguiente: Poesía (en el más amplio y místico sentido del concepto) .Yo te puedo decir: la bienal me ha gustado mucho. Pero también podría decirte: la bienal, bien merece gustar, mas sobre gustos no hay nada escrito, lo que aquí pongo después lo quito. Coger una piedrecilla y transformarla hábilmente en algo. Sacar de nuestra más profunda intimidad las virtudes y defectos, nuestras cualidades y miserias. Después, con creatividad y emoción, relacionarlas en un todo hermoso y bello. En definitiva, abrirse el abdomen y sacar las tripas fuera. Eso es arte, poética.

En las obras de la bienal se respira un ambiente caótico, siniestro, experimental (los visitantes del museo como conejillos de indias). Uno parece estar en un acelerador de partículas subatómicas. Pocas cosas tienen Poesía. De estas pocas ya sacaré algún escrito más detallado. Pues si, dentro de mi simple (que no básica) concepción de arte, creo que el lado oscuro del mundo de la creatividad humana está expuesto en el siglo XXI en un Monasterio del siglo XV y organizado como en el siglo XIX. Para bien o para mal: Youniverse.

sábado, 27 de septiembre de 2008

La música del universo.


La Física es como un amante, fácil de entender pero complicado de explicar. Un ejemplo: siempre decimos a los amantes eso de “si yo te entiendo, es fácil” y nos responde “¿entonces? Explícame que pasa” pero después lo de “es que lo tuyo es muy complicado de explicar”. Pues con la Física lo mismo.

En estos días pasados se podía leer en los periódicos noticias y explicaciones sobre “lo del acelerador de partículas ese”. Con dibujitos, en un lenguaje sencillo, con ejemplos de la vida cotidiana, con estrategias para conseguir que los lectores acostumbrados a cosas como la guerra de Irak o la crisis económica mundial, entendieran lo que estaban, y están, haciendo los científicos en los Alpes.

De todo lo que me he informado, lo único que he sacado en claro de estos conceptos tan abstractos es lo siguiente:

Primero, que estamos hechos de cositas muy pequeñas que se llaman “bucles de cuerdas” (Teoría de las Supercuerdas).

Segundo, que estas cuerdecillas vibran, oscilan y “bailan como un elástico de goma”.

Tercero, que con las cuerdas y su baile de salón el universo material es como es y no de otra forma.

Resumiendo: “La materia está compuesta por átomos, que se su vez están hechos de quarks y electrones. Según la teoría de cuerdas, todas estas partículas son en realidad diminutos bucles de cuerdas vibrantes.

El L.H.C. ha sido construido para llegar a ver lo que ocurre, ocurrió y ocurrirá en el universo, en un viaje al microcosmos de la materia que lo forma. Los científicos que allí trabajan estarán súper emocionados al ver como años de trabajo por fin dan su fruto. Cuando uno trabaja en algo y sabe que la recompensa llegara muy a largo plazo, siempre tiene la esperanza de que la suerte acelere los acontecimientos exponencialmente y el día de gloria llegue lo antes posible. Todos tenemos objetivos a largo plazo y queremos disfrutar de la felicidad del momento en el que se consiguen. En ese laboratorio, al pie de las montañas, muchas personas habrán llegado al microcosmos personal que todos llevamos dentro. Habrán descubierto con el trabajo que generan este tipo de experimentos, el límite de sus posibilidades, sus capacidades cognitivas, su resistencia mental y física, etc. Y como no las relaciones entre las personas, como un gran hermano “científico”.

Así pues, estamos ante la explicación científica de la materia. Y yo me pregunto: ¿Cómo se explica lo que no es materia? Y no me refiero con esto a la “antimateria”, al vacío. Quizás la respuesta nos venga al escuchar la majestuosa melodía, la maravillosa sinfonía que hace baliar a las cuerdecillas de la materia del universo. Sería como escucharnos a nosotros mismos en el silencio exterior. Apago la radio…