viernes, 30 de julio de 2010

Camino de Santiago. Astorga- Rabanal del Camino.



Llegamos, Jesús y yo, a Astorga el día 17 de julio del año xacobeo 2010 a las nueve de la mañana. El viaje en autobús fue de diez horas contantes y sonantes. Dormimos algo en el viaje, no estuvo mal, si lo comparamos con el de regreso que fueron doce horas desde Santiago a Sevilla. Entre las incidencias del trayecto: un control de la benemérita en Zafra, punto caliente del contrabando de estupefacientes. Cuando estábamos haciendo la pequeña parada de cambio de conductor, unos cuatro guardias civiles, porque iban vestidos de eso no por otra forma de darse a conocer, y nos invitaron amablemente a apartarnos todos juntos a un lugar con más intimidad. Nos hicieron unas preguntillas, de dónde venís y cual es vuestro destino, y nos cachearon. Nos indignó que fuéramos los elegidos entre todos los pasajeros de la diligencia y pensamos que era por nuestra “pinta”. Jesús no dudó en pedir explicaciones y uno de los guardias que estaba tomando nota de nuestros documentos de identidad el contestó algo así como: “quién ha dicho que es por la pinta”. No es la primera vez que nos sucede ésto, ya en un viaje juntos a Sierra Nevada nos paró un control de carretera unos hicieron lo mismito. Tenemos el la “rara”. Lo mismo cumplimos el perfil de camellos y no quedaríamos mal como figurantes en una nueva versión de “El Vaquilla”. En fin, una imagen estereotipada bien merece ser rentabilizada, ¡quiero casting ya!

Nada más llegar a Astorga nos mentalizamos que teníamos que empezar el camino. Desayunamos en un bar junto a la catedral de la ciudad y la cede del obispado, de estilo modernista y obra de Antoni Gaudí. La camarera nos puso un par de tostadas de pan de molde del gordo con mantequilla y mermelada, y café. Un desayuno caro y malo que, ¡vaya tela! Indignados nos aseamos, nos cambiamos y pusimos el primer pié en el camino de las estrellas ¿lo llamarán así porque los peregrinos ven las estrellas cuando las ampollas dicen aquí estoy yo? Decidí hacer la primera etapa andando con Jesús y tirando de la bicicleta, lo que no me supuso mucho esfuerzo. Fue una etapa tranquila y poco dificultosa, hablamos y empezamos con los saludos de rigor a los peregrinos que nos íbamos encontrando: “buen camino”.


Llegamos a Rabanal del Camino casi sin darnos cuenta y buscamos alojamiento. Un pueblo con dos calle y no había forma de encontrar el albergue que buscábamos, el municipal. Nos quedamos en uno muy mono, la típica casa de campo con patio interior, con sus soportales, balcones ajardinados, macetas con flores por todos lados, todo muy bien cuidado. Como un grupo de estudiantes de Madrid ocuparon la zona de literas, la señora del albergue nos ofreció por cinco euros una habitación con cama de matrimonio dentro de su casa y utilizando el baño de la familia, muy entrañable el hospedaje. Visitamos el pueblo y fuimos a una misa de peregrinos, cenamos empanada, charlamos con la mujer un buen rato de las cosas del camino y nos aconsejó sobre cosillas varias.

Un apunte sobre la localidad:
En esta población leonesa concluye la novena etapa recomendada por Aymerid Picaud. Al comienzo de la calle que, siguiendo el Camino, atraviesa la localidad, se encontraba el hospital de peregrinos, que hoy se identifica con una sencilla casa.
De los edificios de la localidad cabe recordar la iglesia parroquial (que remonta sus orígenes a los templarios), la ermita de San José (erigida en el siglo XVIII), y la llamada Casa de las Cuatro Esquinas. En esta última, según la tradición, el rey Felipe II hizo noche en su viaje a Compostela. (http://cvc.cervantes.es/actcult/camino_santiago/novena_etapa/rabanal/)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Lolo,,,muy bonito el Camino de Santiago, eres buen bicigrino

Sigue escribiendo, que yo leerè tus andadas,,,jajaja

Besitossssssss

Osvaldo dijo...

Siempre trato de encontrar nuevos lugares a los que poder ir a visitar, ya que varias veces por año trato de tomarme pequeñas vacaciones para conocer diversos sitios. Este año he conseguido una buena Reserva de hoteles baratos en Salta y me ha brindado la posibilidad de conocer varias ciudades del norte del pais